miércoles, 26 de septiembre de 2012

De los cuentos de Hadas


        ¨Y entonces, una magica tarde de Abril, ahí estaba ella, Abril. Desde un lado del bar yacia postrado vigilante frente a su vaso Tomás. Tomás de pobres ropas, Abril de verdes ojos y bolsas de compras. Abril con la cartera llena, Tomás juntando para el siguiente trago entre el cambio Del transporte laboral. En un abrir y cerrar y ojos Tomás captó los verdes y deliciosos ojos de Abril. Y los de Abril se posaron casi obsesivamente en los de Tomás. Ambos sorteaban cabezas danzantes en medio del bar con la mirada para encontrarse ocasionalmente y sentir su sangre arrebatar. Esa sensación que confunden muchos con insectos en pleno revuelo que en realidad es como de un precipicio saltar. como que todos los organos por dentro, envidiosos de los ojos, quieren brincar un vistazo echar. Y, según los cuentos de Hadas, este es el principio de un muy buen feliz final¨.

      Y nos la tragamos enterita. Pero enterita. Tomás desde su lado del bar se rebate entre la duda si la vieja le tira la onda con la mirada cachonda o si hay un wey atras. Ya desde que vio su humanidad entrar al bar, Tomás ya desnudó a Abril, le quitó nombre, apellido, pasado, experiencias, ideología y edad. Solo esta interesado en su nombre. Y como dice la ley de Murphy: ¨No por darle nombre a una bestia la has logrado derrotar.

     Abril por su parte ya se imagino presentando a Tomás en su casa y, aunque nunca se discute abiertamente, pues existe el pequeño detalle de la falta de palidez en el tono de su piel. Tomás no se ve mal, parece que si no fue al gym en algun momento de su adolescencia o temprana juventud, por lo menos no se dedico a tragar garnachas en cada puesto saliendo del metro rumbo a su trabajo. Pero, seria suficientemente solvente como para ahogar su deseo de alcohol por esa noche?¨

    Nos encanta pensar que nada de esto tiene que ver con el tan mentado amor. Nos encanta pensar que esos solo fueron los pasos para escribir una romantica e idílica historia que terminaría en hijos y bodas y fiestas y casas y perros labradores en el patio. Pero la verdad es que el amor siempre empieza colgado de cosas de lo mas anti romanticas posible.

     Y no falta uno que otro como su servidor que piensa que por que sabe estas cosas es inmune a caer en el juego que seguramente Walt Disney orquestó desde su pequeño reino. Uno como cínico que es piensa que es inmune a estos jueguitos de rosas, chocolates, idas al cine, sexo constante, besos, arrumacos, empiernadas en tardes lluviosas y de fríos... Pendejo que es uno.

Y culpo a la cenicienta de todo....

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