lunes, 21 de enero de 2013

Cita no concertada

Fijo la vista en un punto neutro. Odio cruzar miradas con gente desconocida, sin importar la presentación, normalmente me evito de tener contacto visual con la gente en la calle. Muchas veces esto puede ser confundido con tener la vista chueca o que de plano pongo cara de menso. Pero llevo tanto tiempo aquí sentado que no me queda nada mas que pensar.

Mi compañía a veces ha sido la música pero de un tiempo a esta parte la tecnología ha sustituido a los amargos tangos, las tristes baladas y los boleros sin fin. Pero sigo aquí esperando. Aquí en un sin final de cafés y una mas seguido de lo que me gustaría, también de varios tragos de alcohol. Han pasado ya varias eras y yo aquí sentado esperándote.

Ni siquiera estoy seguro si nuestra cita era aquí o si en algún momento realmente definimos tiempos, bueno, ni siquiera sé si hemos quedado de vernos.

He visto a mucho esperar aquí al igual que yo. Y ya que han decidido pedir la cuenta y levantarse a seguir adelante, llega su cita y finalmente se van del lugar acompañados de su otra mitad. Quizás es que algunos están destinado a ser plantados por siempre. Quizás hay algunos que tenemos que hacerle platica a la chica extraña de la esquina de bar que parece estar en la misma espera.

Me niego a pensar que no vendrás. Aunque los detalles son borrosos, estoy seguro que soy el tipo de persona que acuerda una cita. Me cuesta un poco creer que seré uno de esos plantados que se conforma con una conversación con alguien solitario en el restaurante. Siempre pensé que una vez aclarado el panorama de la juventud acelerada y excesiva vendría el momento de concertar una cita contigo.

Has tenido tantas caras y tantos cuerpos. Has sido bajita, has sido simpática, has sido una excelente amante, has sido la ternura encarnada, has sido una fiesta inolvidable, has sido de todo. Pero poco a poco me voy viendo a mi mismo sin reconocer tus ojos bellos entre tantas caras.

Inevitablemente me dispongo por la 4 vez a pagar la cuenta a manera de presión a tu llegada pero no funciona y creo que esta vez si me levantaré de mi silla y pagaré la cuenta sin verte. Quizás después de todo nunca quedamos en una cita por lo atareado de mis años de mayor juventud. Quizás no es mi destino conocerte... Amor verdadero.




It is what it is...

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