martes, 18 de febrero de 2014

Daños colaterales


Doña Carmen observaba de lejos la escena. Ella era de esas abuelitas que son raras por que mantienen una distancia muy sabia entre las acciones de los demás y sus opiniones al respecto. En todo el tiempo que Ezequiel cortejó a Camila, ella no hizo mas que incluir a Ezequiel con todo lo relacionado a la familia, siempre respetando la privacidad de su nieta. Doña Carmen finalmente no pudo evitar emitir juicio al ver a Ezequiel recargado contra el portón de la casa sin notar su presencia y se le acercó...

--Mijo, -Intervino en la meditación lacrimosa de Ezequiel- no te rindas con mi nieta. Ella simplemente tiene miedo, después de todo lo que ha vivido, los hombres no son criaturas en las que pueda ella confiar, no tires la toalla, la he visto feliz contigo. Estas muy cerca para rendirte ahora.

Ezequiel, debido a la política de no intervención de Doña Carmen, no sabía que la matriarca del clan tenia sus apuestas a beneficio de él. La tomó fuerte pero dulcemente de sus arrugadas manos. Bajó su tono de voz como quien le habla a su propia abuela y le dijo:

--Doña Carmen, no me he rendido de nada por que yo no estoy peleando esta guerra. La guerra es de su nieta y de sus miedos. Es una guerra que comenzó mucho antes de que un hombre la lastimara. Es una guerra de facetas, de imágenes, de conceptos ajenos que escudan un corazón frágil y temeroso. Yo no he tirado la toalla, no he dejado de pelear. Únicamente hoy me doy cuenta de que esa guerra ya terminó y la perdió Camila contra sus miedos. Yo.. yo soy un daño colateral.

Ezequiel beso con veneración las manos de Carmen, acaricio brevemente su mejilla y volteo la cara hacia la puerta para salir de ahí.

--Sabes mijo, estas cosas nunca son fáciles. Todo lo que vale la pena requiere esfuerzo. Tu generación esta muy jodida, sabes? Todo lo quieren rápido y fácil y eso se va igual, rápido y fácil.

--Lo sé, señora. -dijo Ezequiel mientras sonreía- Pero si el amor fuera una guerra constante, no habría sobrevivientes. En algún punto las cosas deben fluir de ambos lados. Uno se quiere tirar al vacío con alguien y me muero por que Camila se tire al vacío conmigo. Pero ella quiere que el amor sea volar y muchas veces basta con que se sobreviva a la caída. Como le dije, Camila se rindió hace mucho tiempo. Cuando dejó todo en las manos de Dios, de las sagradas escrituras, de la voluntad divina y la aversión a los pecados capitales.., sin ofenderle a usted o sus creencias. Yo, a pesar de lo aparentemente anticatolico que soy, aprendí de muchas religiones que dios nos tiene a todos de sus herramientas para hacer su voluntad. Por lo tanto mi voluntad es la de dios. Esperar a que Dios actúe y no tomar acción es lo mismo que tirarse al agua y querer nadar por que tenemos la capacidad y no mover los brazos y las piernas

Le repito Doña Carmen, esto no es mi guerra, es la de su nieta. Mi error fue tratar de convencerla de esto que le digo y enamorarme en el proceso. Yo fui una victima civil de una guerra militar dentro de los confines de Camila.

Ezequiel cierra la puerta.

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